Magdalena Roglich, Julian Rodriguez Vigo y Walter Pugliese
Curador: Pedro Fruttero Moreno
MAYO – AGOSTO, 2025 | APERTURA 17 DE MAYO, 2025
Cassia House presenta Viajar sin Moverse, una exhibición grupal que reúne a los artistas contemporáneos Argentinos Magdalena Roglich, Julián Rodríguez Vigo y Walter Pugliese. La exposición propone un diálogo abierto entre las diversas prácticas, lenguajes y técnicas que cada artista despliega en su producción, encontrando un punto de convergencia en el dinamismo, la energía latente y la vitalidad que transmiten sus obras.
La muestra incluye seis pinturas y tres esculturas, piezas que, aunque pertenecen al campo de lo objetual y comparten una presencia imponente —por sus dimensiones, colores intensos y materiales sólidos—, logran desafiar esa aparente estabilidad a través de una tensión vibrante que las atraviesa. En ellas, el movimiento no se presenta de manera literal, sino como una fuerza interna que habita las formas, los gestos pictóricos, las tramas, las líneas y las superficies. Cada obra parece contener una energía acumulada, una inercia suspendida que las mantiene en un estado de latencia constante, como si estuvieran al borde de una transformación o a punto de desplazarse del lugar que ocupan.
Esa cualidad dinámica, casi coreográfica, que atraviesa tanto las pinturas como las esculturas, activa en el espectador una sensación de flujo y desplazamiento perceptivo. Las piezas no solo invitan a ser contempladas, sino también a ser recorridas con la mirada, a ser transitadas de manera sensorial, generando una experiencia de movimiento continuo, aunque físicamente permanezcan ancladas en el espacio expositivo.
El título de la exhibición remite tanto al álbum de 1996 del grupo británico Jamiroquai, Travelling Without Moving, como al célebre fenómeno proustiano de la memoria sensorial, donde un aroma, una melodía o una imagen pueden transportarnos instantáneamente a otros tiempos, lugares y experiencias. En ese mismo disco, el single principal "Virtual Insanity", en su videoclip presenta una habitación aparentemente estática en la que los muebles y elementos se desplazan como si tuvieran vida propia, generando una ilusión espacial inquietante que refuerza esta idea de movimiento sin desplazamiento literal. Esta referencia visual funciona como una metáfora perfecta del espíritu de la muestra: la posibilidad de moverse en el interior del espacio, de la percepción y del pensamiento, sin que sea necesario cambiar de lugar.
Al mismo tiempo, la exhibición abre la reflexión hacia el propio concepto de viaje, entendiéndolo no solo como un desplazamiento físico de un punto a otro, sino como cualquier tipo de tránsito: emocional, perceptivo, temporal o conceptual. Las obras no son meros objetos contemplativos, sino dispositivos que habilitan desplazamientos internos, donde el movimiento se da en la experiencia misma del espectador, en su manera de acercarse, de rodearlas, de dejarse afectar por sus pulsiones visuales y materiales.
Viajar sin Moverse propone así experimentar el poder transportador del arte, donde las obras no solo ocupan un espacio, sino que habilitan múltiples recorridos posibles, estimulando al espectador a sumergirse en un viaje inmersivo que sucede no en la quietud del cuerpo, pero en la agitación de los sentidos y la imaginación.