María Andrea Anzorena desarrolla una obra escultórica donde la materia se convierte en un territorio de equilibrio entre fuerza y contemplación. Su práctica transita el metal y la piedra, combinando técnicas de fundición, pátinas y talla directa para revelar tensiones entre lo sólido y lo etéreo, entre la masa y el vacío.

Formada en la Escuela Nacional de Cerámica N°1 y discípula de Antonio Pujía, su recorrido integra una profunda investigación sobre los materiales nobles, el bronce, mármol, travertino, Carrara; y su capacidad de transformarse en gesto expresivo. Cada pieza parece contener un pulso interno, una energía latente que se manifiesta en la superficie, donde la textura, la luz y la huella manual dialogan con la quietud del volumen.

 

Su trabajo ha sido reconocido en diversos certámenes y expuesto en instituciones de referencia como el Salón Nacional de Artes Visuales, el Palais de Glace, el Museo Casa Yrurtia, la Bolsa de Comercio de Buenos Aires y el Centro Cultural Borges. Representó a la Argentina en el Museo de Arte Contemporáneo de Mérida (MACAY, México) y recibió distinciones como el Gran Premio de Honor de la Asociación Argentina de Artistas Escultores, el Primer Premio de Escultura de la Asociación Estímulo de Bellas Artes y el Segundo Premio en la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo Argentina.

A través de un lenguaje que combina precisión técnica y profundidad simbólica, Anzorena explora la condición humana desde la materia: cuerpos en tensión, presencias que emergen del bloque, fragmentos que parecen suspendidos entre permanencia y disolución. Su escultura invita a una contemplación lenta, donde la forma respira y el silencio adquiere peso.